Hugo Calvo, Consultor Senior de Blc Consultoría
Si al Dalai Lama le volvieran a preguntar “¿Qué es lo que más le sorprende de la humanidad?” hablando de la gestión de proyectos, probablemente diría algo así:
“Ansiamos conseguir nuevos proyectos, para después desear no haberlos conseguido.
Quemamos al equipo para hacer dinero y luego gastamos el dinero para recuperar un cierto buen ambiente.
Planificamos en base al pasado, haciendo hipótesis de futuro, olvidando el presente y así no vivimos ni el pasado, ni el presente, ni el futuro.
Decimos trabajar para vivir, pero, en muchas ocasiones, nos descubrimos viviendo para trabajar…”
El otro día, mientras estaba escribiendo un artículo sobre Mindfulness (que se publicará pronto en una revista especializada), de repente, me asaltó una pregunta: “¿estoy escribiendo de Mindfulness o de gestión de proyectos con metodologías ágiles?”. Me parecía tan íntima la relación entre los dos temas que sustituí ambos términos y las siete páginas seguían teniendo sentido. Lo leí con calma y descubrí asombrosos paralelismos (ej.: “foco en el presente”) y docenas de equivalencias (ej.: “el aprendizaje basado en la observación”).