Tanto si tienes claros tus objetivos, como si no, hasta que no te pongas en marcha, no llegarás a ningún sitio. Ya sabes aquello de que el movimiento se demuestra andando. Y si precisamente lo que te detiene es no tener objetivos, puede que poniéndote a prueba, experimentando en movimiento, te sea más fácil identificar lo que buscas.
No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. Desperezarnos servirá para adquirir la actitud más efectiva para generar cambios en nuestra vida. El mejor plan es el que nos lleva a actuar, no aquel que por tanto elaborarlo nos provoca parálisis por el análisis por no saber por dónde empezar. En marcha podrás claramente identificar ¿qué es lo que verdaderamente necesitas para conseguirlo?
Porque aprendemos quienes somos en la práctica, no en la teoría. Porque descubrimos nuestras posibilidades haciendo, probando otras actividades, relacionándonos con nuevas personas y colectivos y explorando nuevos modelos. Lo que queremos a veces se aclara con la experiencia obtenida de ponernos a prueba en movimiento.
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